
Premio del público en el Festival Internacional de Circo Malabharía (Lanzarote)
Curolles nos permite entrar en el taller de dos silenciosos compañeros, dos juguetones artesanos aficionados a la carpintería. De sus manos surgen un sinfín de peonzas que adquieren una nueva dimensión, con proezas en solitario y a dúo que convierten este juego en todo un nuevo aparato circense. Confeti de virutas para festejar los éxitos, toneladas de serrín sobre dos cabezas a priori bastante simplonas, que compiten por la tontería más galopante y el truco más sorprendente.